Cuando se prepara un viaje un factor muy importante es donde alojarse. En esta entrada os presentamos la que para nosotros es la mejor opción de alojamiento a la hora de viajar a Cuba.
En Cuba tienes mayoritariamente dos opciones de alojamiento: hotel o las “Casas Particulares”. Los hoteles pueden variar bastante de precio según su localización y la calidad de su servicio. Las Casas Particulares, en cambio, son la forma más barata de alojamiento en Cuba. Como su nombre indica, son casas de gente particular que alquilan una o varias habitaciones.
Los precios suelen variar entre 20 y 30 CUC (más o menos lo mismo en euros) por habitación doble. Nosotros pagamos casi siempre 25 CUC entre los dos, excepto en nuestras dos últimas estancias que compartimos habitación con la otra pareja con quién viajábamos y nos costó 30 CUC la habitación entre los 4. Algunas casas particulares incluyen el desayuno pero no todas, por lo que es importante que preguntéis antes y acordéis el precio. Las veces que tuvimos que pagar desayuno nos costó 4 CUC por persona. Nosotros pecamos de ingenuos y en algunos casos consideramos que podríamos haberlo pedido por 3 CUC, aunque eran desayunos muy completos: normalmente nos servían tostadas con mantequilla, huevos al gusto, muchísima fruta (mango, piña y plátano son la fruta estrella, pero en muchos sitios también nos daban guayaba y papaya), además de zumo, café y agua (embotellada o filtrada). Todo esto lo suelen preparar los propietarios de la casa, que son los que te alquilan la habitación.
Como decíamos anteriormente, las Casas Particulares son la forma más extendida de alojamiento y es muy fácil encontrar sitio, pero no os confiéis, porque sobre todo en las ciudades más turísticas como La Habana, Viñales o Trinidad puede estar todo más lleno y perderéis mucho tiempo buscando. Os recomendamos que lo llevéis reservado con un poco de antelación, porque se llenan mucho, sobretodo en temporada alta.
Nosotros reservamos desde aquí el primer alojamiento en La Habana. En Cuba la gente tiene muchos contactos y una vez allí, preguntamos a los dueños por un alojamiento en Santiago y ellos nos reservaron una casa que conocían y nos dejaron su contacto y dirección. Con este sistema nos pudimos mover por toda la isla avisando uno o dos días antes, en la casa donde estábamos alojados, de nuestro siguiente destino. No estáis obligados a quedaros y, si alguna casa donde os recomiendan tienen lleno, ellos mismos os buscan otra de unos conocidos o familiares. ¡Tienen una red de contactos espectacular!
Si queréis ir a la aventura, encontrar estas casas es muy sencillo: todas tienen un cartelito con un símbolo que parece una ancla azul del revés. En algunas incluso está escrito “Casa particular”. La mayoría suelen ser oficiales y están registradas, controladas y autorizadas por el estado. Cuando llegáis a la casa os piden los pasaportes (luego los devuelven) y os hacen firmar en un librito donde apuntan vuestros datos. Esto lo hacen porque tienen que registrar todos los huéspedes que acogen y durante cuántas noches se alojan. Luego, tienen que llevarlo a un registro para justificarlo.
Todas las casas que encontramos fueron muy cómodas y los propietarios nos trataron fenomenal. En todas las habitaciones tuvimos baño privado y, con alguna excepción, aire acondicionado. Nuestra recomendación es que las busquéis todas con aire y evitéis aparatos antiguos porque hacen mucho ruido.
Y vosotros, ¿cómo organizáis vuestros alojamientos en un viaje? ¿Os gusta la comodidad de un hotel o preferís el contacto con los locales en una casa de huéspedes? ¿Reserváis antes del viaje o sobre la marcha? ¡Contadnos vuestras experiencias!
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